De la reflexión crítica a la criticadera hay solo un paso

De la reflexión crítica a la criticadera hay un solo paso y generalmente es hacia atrás. Popularmente se versa que en pueblo chico infierno grande por eso de la chusmería que hace que todo el mundo se entere de todo, como las señoras de barrio. A Cali se la ha considerado un pueblo, hoy en día esto no obedece tanto a sus dimensiones geográficas o demográficas como a la mentalidad que compartimos los habitantes de esta ciudad. Históricamente el arte ha sido nicho de exclusivos círculos sociales y para nadie es un secreto que estas dinámicas se extiende por doquier por lo menos en Occidente, ahora imagínese el círculo de artistas en Cali.

Por otro lado nuestra sociedad colombiana sufre de un mal que también compartimos con otras sociedades, pero que aquí a veces muestra un lado crónico y es que tanto cultural como políticamente la valoración del trabajo no se da tanto por meritocracia como por amiguitocracia: tener los contactos o los amigos (sobre lo cual la cultura caleña es una de las principales damnificadas). Este fenómeno nos ha llevado, además de viciar los escenarios culturales, impedirnos decirles a nuestros amigos lo que en realidad pensamos de su trabajo. Eso de que nunca quedas mal con nadie o no patee la lonchera.

Esta entrada es para hablar de mi posición ética frente a cómo percibo, escribo y hablo sobre el trabajo de mis amigos más cercanos así como del de otros colegas.  Con frecuencia mis amigos me piden opiniones sobre sus trabajos y sin tapujos puedo hablar de lo interesantes que los encuentro o de lo poco bien logrados, lo cual no significa que odio a esas personas y que por tanto dejarán de ser mis amigos, sino que más bien todos estamos en un proceso de aprendizaje en el cuál siempre hay cabida para hacer las cosas mejor.

Con el riesgo de dar mis opiniones y que se agregen a la olla con el cilantro he sido honesta, a veces de forma apresurada, pero siempre diciendo lo que en realidad siento sobre lo que percibo del arte y la cultura. Hay que tener valor para ser capaz de decirle al amigo más cercano ‘es de los mejores proyectos que he visto’ o ‘no la estas haciendo’, en lugar de comentarios superficiales y condescendientes. También se requiere valor para dar estas opiniones con argumentos de una manera más formal y si se quiere exahustivamente con referencias. Muchísimo más valor se necesita para no caer en el chismorreo rencoroso de calle.

Si hay algo para agregar a esta olla/blog serán opiniones y sensaciones que podré sostener aún hablando con el verdulero de la esquina. Y como dice mi vecina errar es de humanos.

Imaginaría si…

Imaginaria Ivan Tovar

Meses atrás Imaginaria era un restaurante cool con un espacio dedicado a propuestas de diseño interesantes hasta que algo íntimo ocurrió al interior de este comercio y se fueron los diseños dejando paso a una nueva galería de arte. Un muy buen amigo mío me invitó a cenar y de paso hacer un alto en mis entretenciones culinarias hogareñas, así que accedí a volver a conocer el lugar. La propuesta culinaria estuvo fatal, creo que las berejenas  al escabeche que tengo en la alacena están de mejor sabor, la atención eso sí impecable. Al final de la cena quise visitar la galería en la que encontré un árbol despedazado como el que acaban de cortar frente a mi casa. Ramas, hojas y troncos estaban en las esquinas y atravezados en la sala. Esos vestigios me remitieron a mi cultura pop de ama de casa y no pude evitar pensar en True Detective y las pseudoesculturas del psicópata de la serie 1. Al final de cuentas creo que el arte de la serie me ha resultado más interesante que estos vestigios presentados por el artista y su curadora, además considerando que justamente este año se cumple un siglo del primer objeto encontrado realizado por Duchamp, esta propuesta me resulta anacrónica. Destacable pero incomprensible el mapa conceptual que hace las veces de texto sobre la exposición.

Sobre el 15 Salón Regional Zona Pacífico: Reuniendo Luciérnagas

Reuniéndo Luciérnagas
dicen que en tumaco solo quedan de estas palmas

Hace casi un año que los curadores del 15vo Salón Regional Zona Pacífico – Salón que dará cuenta de lo que pasa en temas de arte a nivel nacional en el próximo Salón Nacional de Artistas en Colombia – vienen cazando pequeños focos de luz en una oscuridad profunda, en parte porque no se sabe mucho de lo que pasa con el arte en la oscuridad del pacífico colombiano y en parte porque al parecer los curadores andando a tientas en esa oscuridad no contaron con mucha experiencia ni recursos suficientes pese a haber ganado un estímulo del Ministerio de Cultura y de contar con aliados institucionales y patrocinadores para financiar el evento.

Este año en el que se supone se realizó la investigación que revelaría lo que pasa en el suroccidente colombiano o resultó insuficiente en tiempo o los curadores no lo lograron gestionar adecuadamente, pero cualquiera que hayan sido sus razones, visitar las actuales exhibiciones Las cosas en sí, un sistema frágil, Taumatropía metodología del engaño y Phatosformel, elementos para una pintura que inauguraron el pasado 3 de julio el Salón en La Tertulia, solo dan cuenta de inmediatez, desorganización y falta de profundidad al abordar el tema del arte de esta particular perspectiva: Cali y el Pacífico.

Cuando pienso que es el Salón Regional Zona Pacífico me inquieta saber que, como todas las dinámicas de la cultura de nuestro mundo contemporáneo occidental, estas luciérnagas se han quedado navegando en el mismo centro periférico: Cali hacia el sur pero reuniéndo un poco de lo mismo alejado del contexto y completamente incomunicado con el público. No se sabe muy bien con esta muestra qué sucede en otras latitudes como Chocó, Cauca o Nariño y ni siquiera para ir tan lejos, pues allí no más está el veranieadero por excelencia de los caleños, Buenaventura y sus mil y una desgracias o bueno, un museo que se mueve a veces mucho más que La Tertulia en temas de vinculación de nuevos públicos como es el Museo Rayo en Roldanillo, seguro que yo hasta me ahorraba los $200 de cilantro para ir hasta allá armando tremendo paseo vallecaucano.

dicen que de allí sacaron la caleta de alias chupeta
y que como el territorio era rico llegó la fuerza pública a impartir orden y democráticamente darle a cada quien lo suyo

Reuniéndo Luciérnagas es como un gran boticario pero vacío como imagino habrán quedado los antiguos estantes del Museo de Historia Natural cuando lo trasladaron a la Biblioteca Departamental, una incipiente colección de cosas encontradas almacenadas en grandes armatostes y sin ninguna relación con el espacio – por no mencionar que el primer objet trouvé fué realizado por Duchamp hace 100 años-. Como toda instalación de museo eso sí las paredes muy pulcras y todo meticulosamente dispuesto en una geometría equilibrada, un pedacito de papel pegado perfectamenten en una esquina, esa piedrita con una maravillosa iluminación que la hace ver como salida de otro universo, escupitajos de tierra en las paredes, polvo y mugre clasificado, así como cuando una se pone a limpiar y organizar la casa, pero también para legitimar un poco toda esa montaña de objetos encontrados, una pieza solitaria de un artista fallecido a quien no se consultó su consentimiento.

rueda que rueda la rueda
rueda que rueda la rueda

Los curadores: un artista caleño y un artista italiano reunidos a descifrar la maraña de ideas que otros artistas en su mayoría caleños enviaron para hacer parte de esta comitiva. Soy admiradora de la obra de ambos artistas e incluso he estado ahorrando un poco de dinero de lo que tengo diario para el almuerzo para así poder invertir en el arte de estos dos creadores. Pero como curadores me parece que se fueron más por la belleza del objeto que por la profundidad del contenido, cosa muy distinta a lo que pasa con sus obras como artistas. También considero que esta colección de objetos, que toma la forma de 3 curadurías pero que en realidad son la misma, ni siquiera llega a cuestionar las dinámicas del arte contemporáneo, por ejemplo la tensión entre la estética clásica europea y la estética latina sino que cómoda y condescendientemente se adapta a las demandas del arte comercial, todo muy bonito por fuera pero vacío por dentro como las porcelanas del centro.

me gusta ir a la tertu en diciembre porque es puro caliají
ola mundo 🙂 ola ke ase?

Particularmente Taumatropía metodología del engaño utiliza un recurso que ya había estado presente en la curaduría anterior del Museo y es una sala subterránea pintada completamente de negro somo si fuera una cueva. Allí caminando a tientas había que descubrir pequeños objetos que habían perdido todo impacto y que quizá la decoración de la sala ayudaba en esta pérdida, pues algunos de esos proyectos que habían sido exhibidos en otros espacios anteriormente, al estar allí perdían toda fuerza. Por otro lado resultaba evidente que la sala completamente negra pertenecía a otro tema y que allí era producto del azar, improvise como se dice: tomar lo que ya estaba e intentar montar algo para la inauguración. Por lo demás, las piezas seleccionadas para esta muestra estaban desconectadas las unas de las otras y al final todo resultaba como un trabajo inexperto. De las tres las que más me llamó la atenció fue Phatosformel, elementos para una pintura porque me hizo recordar mis tiempos de pobreza mercando en las calles de grandes capitales, es decir reciclando objetos, sillas y electrodomésticos, por lo que mi casa siempre estuvo llena de arte como lo estaba esa sala de exhibición.

lectorx por favor piense en la señora Doris
o en el gringo don josé y ‘la silleidad de la silla’

Me gustó mucho encontrarme con nuevas generaciones, ver que por fín hay artístas jóvenes caleños exponiendo en La Tertulia, cosa que otrora hace 20 años cuando yo era más jóven era casi imposible. Espero que estas nuevas generaciones no se dejen seducir por la belleza del cubo blanco y la gran catapulta de haber pisado La Tertulia y ojalá abran un poco más su perspectiva para que no terminen siendo sancocho de la misma olla, sino que nos inviten a visionar nuevos mundos o puntos de fuga desde los cuales comprender nuestra realidad. Por lo demás me hubiera gustado que este Salón Regional también me hubiese permitido descubrir artistas de otras latitudes y que incluso esos artistas de aquí o de allá movilizaran sus obras para que llegaran a esa población colombiana tan apartada del oeste de Cali, parece que vienen más actividades así que estaré atenta para ver como se resuelve todo.

Paralela a esta apertura del Salón Regional en Casa Fractal estaba la Exposición […] en la que en términos más sencillos se encontraban otros 6 artistas jóvenes, algunos que incluso estaban también en La Tertulia. Allí tal vez por aires más frescos y un poco menos pretenciosos, así como por el halo hogareño y la arquitectura vieja de San Antonio encontré las únicas dos obras que me llamaron la atención esa noche, algunas canciones de infancia y literatura para el olvido y me sentí como en casa.

(Vea imágenes de las exposiciones aquí)